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El principal semillero de soja del Mercosur es argentino y ahora se expande en EE.UU.

DONMARIO domina el mercado de la genética de soja en Argentina y Brasil. Y este año dio un paso clave: los productores estadounidenses pudieron sembraron sus semillas por primera vez allí. Un grupo de referentes de la firma, junto con multiplicadores y distribuidores, viajaron a EE.UU. para ver de cerca la expansión y conocer las tecnologías que se vienen para el cultivo.

 

San Martín Y Sudamericanos 

De izq. a der., Sigfried Boos (Bolivia), Omar Larré (Paraguay), Obdulio San Martín (Dir. de DM para Latinoamérica Sur) y los uruguayos Germán Bremermann y Marcelo Ferreira.

 
Ignacio Bartolome
 

Ignacio Bartolomé, director de Negocios del Grupo DONMARIO para EE.UU., en su sede cerca de Memphis.

 

Argentina y Brasil constituyen el principal polo de producción de soja del mundo. El segundo es Estados Unidos. En el primero, hay una empresa argentina que lidera la producción de semillas: se trata de DONMARIO, nacida en la bonaerense Chacabuco, que ya está pisando fuerte con su genética sojera en territorio estadounidense.

 

Para ver de cerca esa expansión, hace pocos días viajó hacia Estados Unidos un grupo integrado por los principales directivos de la división Latinoamérica Sur de la compañía (que abarca Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia), junto con la mayor parte de los multiplicadores que producen y distribuyen la semilla de DONMARIO en la región.

 

El grupo logró superar las dificultades que planteó el huracán Harvey en el inicio de la gira, al golpear sobre la costa del Golfo de México, y realizó un recorrido desde Memphis, en sur, hasta Chicago, en el norte, pasando por todo el corazón productivo estadounidense.

 

En Memphis, justamente, está la base central del Grupo DONMARIO (GDM) para Estados Unidos. Allí, Ignacio Bartolomé, director de Negocios para ese país, recordó que por primera vez los productores estadounidenses pudieron sembrar este año soja con genética de la empresa.

 

“Es todo un logro para nosotros, después de casi 10 años de trabajo en este país, desarrollando el mejor germoplasma, para que se adapte a las condiciones de esta región”, sostuvo Bartolomé.

 

El ejecutivo contó detalles del negocio de la firma en Estados Unidos y consideró que el hecho de estar presentes de esa manera allí les permite también a GDM acceder a muchas tecnologías y oportunidades que potencian el negocio que tiene en Sudamérica.

 

Justamente, Obdulio San Martín, director de Negocios para Latinoamérica Sur, dijo que era un orgullo poder llevar a sus multiplicadores y distribuidores, a quienes considera socios estratégicos, a ver la expansión internacional de la firma.

 

“Este país es la meca de la tecnología y la meca de los emprendedores. Por eso es muy importante para nosotros tener presencia aquí, pero también haber podido traer a nuestros cooperadores en Sudamérica y al equipo comercial de DONMARIO”, consideró San Martín.

 

Además de estar en las oficinas centrales de GDM en Marion, Arkansas (cerca en Memphis), la delegación visitó el cuartel general de Monsanto en St. Louis, Missouri, ensayos de Dow en Illinois y el Farm Progress Show, también en este estado.

 

En todas esas escalas y en los cientos de kilómetros realizados viendo cultivos en corazón del “Corn Belt” estadounidense, pudieron apreciar los beneficios y los límites que tienen las nuevas tecnologías que vienen para la soja, sobre todo las vinculadas a la tolerancia a nuevos herbicidas e insectos.

 

Diego Wright es vicepresidente de Wright Fernández Ursini, importante distribuidor de DONMARIO sobre todo en la provincia de Buenos Aires. El hombre evaluó que será muy importante poder contar en Argentina con las tecnologías que mostró Monsanto (comenzando por las sojas Xtend, que suman resistencia al herbicida Dicamba a las ya existentes) y las Enlist, de Dow (que apilan resistencia a una nueva formulación de 2.4D).
 

“Pero ambas empresas dejaron en claro que eso no estará disponible en la genética de soja en nuestro país hasta que no se establezca un sistema de captura de valor que les permita a ellos y a los desarrolladores de la genética cobrar por su trabajo e inversión”, entendió Wright.

 

Por su parte, José Calliera, de El Azul Semillas, multiplicador de DONMARIO con base en Tucumán, cree que en el negocio de la semilla hay mucho para crecer. “Ni empezamos”, se entusiasma, pensando en lo que puede pasar si una nueva Ley de Semillas en la Argentina genera un marco para que la mayoría empiece a pagar por la tecnologías que siembran.

 

Pero, al mismo tiempo, Calliera cree que todos los actores del negocio tienen que hacer importantes esfuerzos e inversiones para que las nuevas tecnologías sean sustentables. Se refiere a que las aplicaciones de herbicidas sobre los nuevos cultivos resistentes se hagan de manera apropiada, por ejemplo, para evitar problemas como los que hubo en varias regiones de Estados Unidos en ese sentido.

 

EJuan Pedro Aristi, líder de La Bragadense, otro multiplicador y distribuidor de DONMARIO, con base en la bonaerense Bragado, también participó del viaje y quedó impactado por varias cuestiones.

 

Entre ellas, considera que es “muy trascendente que una empresa como DM se pueda transnacionalizar, por lo que implica para la interacción con la meca de la tecnología”. Y agrega: “No es común que eso suceda con una compañía argentina”.

 

Otros de los viajeros fue Guillermo Alonso, responsable del negocio de semillas del Grupo Los Grobo, que también trabaja en sociedad con DM, como los mencionados anteriormente.

 

“Aquí arrancan las tecnologías y es muy bueno poder venir a verlas. Cuando se solucione el tema de la propiedad intelectual en la Argentina, vemos que el productor va a poder elegir entre una serie específica de opciones, de acuerdo a la problemática que tenga en cada lote”, se entusiasma el técnico.

 

Pero no es solo la tecnología llegando hacia la Argentina, sino también los desarrollos argentinos yendo hacia Estados Unidos. Eso es, justamente, la presencia de la genética de DM en ese país.

 

Manuel Pelayo, multiplicador y distribuidor de la firma en General Pico, La Pampa, ve a DM como una compañía muy focalizada en el germoplasma y considera que eso es, precisamente, un gran activo.

 

“Tiene muy en claro lo que quiere y creo que también va a dar mucho que hablar aquí en los Estados Unidos”, reflexionó el pampeano.

 

El paraguayo Omar Larré, de la empresa Dekalpar, es el distribuidor de DM en Paraguay. Entre otras cosas que lo impactaron del viaje, eligió destacar la creciente cantidad de información de manejo con la que se trabaja la soja en Estados Unidos.

 

Larré pudo observar eso en detalle en el semillero Becks, apenas al sur de Chicago, donde la delegación hizo una parada para recorrer uno de los campos experimentales de la firma.

 

Sigfried Boos es el colega de Larré en Bolivia. Llegó hasta Estados Unidos desde su base en Santa Cruz de la Sierra, donde está su compañía Agropartners, y quedó impactado por el tamaño del mercado de semilla en el país, que se ubica en torno a los 2.500 millones de dólares. “Es impresionante. Brasil, que siembra casi la misma superficie, tiene un mercado que es de menos de la mitad”, resume Boos.

 

En Argentina, el peor de los tres grandes, apenas roza los 100 millones de dólares.

 

Justamente, un mercado en el que la legalidad es un ejemplo es Uruguay. Desde allí llegó Germán Bremmerman, referente técnico de Barraca Erro, socio estratégico de DM en ese país.

 

Siempre pensando en el negocio de la semilla, a Bremmerman lo impactó “cómo está desarrollando DM el negocio en Estados Unidos, por los objetivos, el equipo y el tiempo que lleva trabajando”.

 

Y, además, porque consideró que “eso es muy importante para nosotros, porque cuanto más grande sea DM, más y mejor genética generará y mejores oportunidades tendremos todos los que estamos vinculados a su red”.